martes, 25 de julio de 2017

25/7/17: Chicago-Springfield (IL)

Bueno, pues hemos hecho un día de Ruta 66 y ha quedado, digamos, en empate... jejeje. Me explico; yo soy un loco de la 66; me encanta cada esquina, cada edificio, cada kilómetro de "vía de servicio"... todo... Yolanda, por el contrario, está hasta "el gorro" (por oirme) de la Ruta 66 y de los "Road trip". Las niñas, lo observan, con curiosidad. Al final, hemos hecho nuestro primer tramo creo que dignamente. Yo lo he disfrutado y Yolanda y las chicas han encontrado, creo, cierto atractivo en la experiencia. Pero empecemos por el principio.

Nos hemos levantado a eso de las 7:30h. Marina ha hecho la matrícula de la Universidad (siempre nos pilla por ahí) y luego hemos desayunado en el tradicional Corner Bakery. Tras eso check out y Paula y Elena se han quedado con las maletas en el lobby del hotel mientras que Yolanda, Marina y yo hemos ido a recoger el coche que hemos alquilado (que ha resultado ser un Crysler Pacifica).




Hemos vuelto al hotel y una vez preparados enfilamos hacia la calle Adams y comenzamos la Ruta 66. Las grandes ciudades y la Ruta 66 no se llevan bien y siempre es algo estresante apañarse con el recorrido y el tráfico pero no hemos salido mal. Poco a poco hemos ido dejando atrás la aglomeración y el estrés y adentrándonos en la Ruta y su espíritu, que son carreteras tranquilas, mucho paisaje, mucha escena de la América profunda y mucho vivir USA de otra manera.

Las chicas se han pasado el camino rememorando series que recordaban al ver determinadas casas o barrios o zonas. Yo no tengo ni idea de qué series hablan pero me alegro de que vayan identificando y disfrutando la realidad de lo que ellas ven muchas veces por la tele.

Hemos pasado por Joliet y les he ahorrado el primer "museo" temático de la Ruta, no quería agobiar pero sí hemos parado en la primera foto obligada... Lo que para mí es todo gozo para ellas ha rozado el ridículo... En fin, falta un poco de espíritu de Ruta 66 en el grupo, jejeje.

Obsérvese las caras de alegría y satisfacción...

Tras eso, en seguida hemos parado en, para mi, ya un clásico. Un restaurante en el que paré la primera vez que hice la ruta y tras lo que me hice amigo por FB de su dueña. Siempre es muy cariñosa cuando paras por allí. En el local están muy preparados para pintar las paredes y, por supuesto, lo hemos hecho. Era una hora buena para comer y lo hemos hecho allí.

Marina inmortalizando nuestra visita

Aquí están las firmas de las 3 veces que he pasado por aquí

Tras ello hemos seguido Ruta 66 ya conduciendo Yolanda y yo con la documentación. No se nos ha dado mal y nos hemos despistado sólo un par de veces pero muy a tiempo y sin mucho problema para retomar la ruta correcta.

Una cosa muy típica de la ruta es visitar viejas gasolineras que han restaurado y ahora conservan muchas cosas antiguas y aprovechan para vender souvenirs. Son sitios que se prestan también a hablar con las personas que allí trabajan que están encantadas en entablar conversación con quien se preste a ello. Hemos pasado de largo por una y hemos parado en otra (por aquello de compensar, jeje).



En la línea de lo que es habitual aquí, cuando hemos parado nos hemos dado cuenta de que en la carretera estaba pintado el logo de la ruta y allí que nos hemos ido a fotografiar. En esto que ha aparecido un hombre en coche que se ha acercado a charlar con nosotros y a contarnos historias de la gasolinera. El único problemilla era que el hombre era muy mayor y, la verdad, no se le entendía muy bien, así que la comunicación ha sido, digamos, escasa, pero entrañable, de nuevo, el comprobar cómo la gente de quí disfruta charlando con los muchos visitantes que venimos de todas partes del mundo.


Tras eso hemos parado en Pontiac. Esta sí visita obligada. Pueblo pequeño donde podría haberse rodado regreso al futuro. Nos hemos tomado un café y dado un paseillo por allí.


Seguimos ruta y queremos ir a comprar Sirope de Arce en un sitio donde hacen el mejor sirope de arce que yo conozca. Una pena comprobar que hemos llegado tarde y ya estaba cerrado. El sitio, de todas formas, muy bonito.


Hemos pasado después por un  pueblo muy pequño llamado Atlanta  pero esta vez la foto con el gigante me la he hecho sólo con Elena, no he querido presionar, jeje.


Y desde allí ya directos a Springfield (Illinois). Ciudad muy vinculada a Lincoln (donde está enterrado). Hemos llegado con el tiempo justo para ir a un hotel que ya conocía y comprobar (para nuestra satisfacción) que tenían habitaciones libres aunque la persona de recepción era "graciosilla" y nos ha dado varios sustillos "en el mientras tanto".

El hotel, pues eso, de los que uno espera en la Ruta, un motel de carretera grande y un poco venido a menos aunque inspirado, eso sí, en la Ruta 66. No en vano se llama, con algo de pompa, "Route 66 hotel & conference center". Creo que, en el fondo, todas han disfrutado del regustillo "cutre" de un motel de carretera, eso sí, limpio y digno. Por 60$ por habitación, tampoco se puede esperar mucho más...

Hemos cenado en el propio restaurante (hemos llegado a eso de las 20:30h) y a estas horas, por aquí, no había muchas opciones. La cena aparente pero no muy allá... vamos que, en general no ha gustado nada, jajaja. Mientras la preparaban hemos aprovechado, algunos, para ilustrarnos sobre la jornada del día siguiente; otras para echarse una partidita de billar...



Mañana hay un montón de cosas por ver y hacer así que a la cama pronto (son ahora las 22:45h) y debo ser de los últimos despiertos del grupo que mañana hay que madrugar...


2 comentarios:

  1. Bravo, Luis, veo que en esta tercera singladura cierras el círculo llevándote a la familia. Muy buena idea, sí Señor. Un abrazo desde Ibiza desde donde continuaré siguiendo vuestra aventura.

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    1. Muchas gracias Daniel. Esta vez con la familia, sí, pero también con una variante grande. No hacemos la 66. En Springfield nos desviamos a Memphis para acabar unos días después en Nueva Orleans. Me alegro de que te guste. Disfruta de tu isla. Un abrazo.

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